Alergia al polen

Alergia al polen

El polen de las gramíneas, olivo, arizónica, plátano de sombra, salsola y parietaria son los principales desencadenantes de la sensibilización y las alergias.

Hace más de 200 años, el médico inglés John Bostock informó por primera vez de las afecciones alérgicas en los ojos y la nariz y posteriormente, del asma. Sospechaba que los vapores del heno fresco eran la causa. Hoy sabemos que es el polen de plantas polinizadas por el viento, como hierbas y árboles, lo que desencadena reacciones alérgicas como la fiebre del heno. El número de personas en las que el polen durante la temporada de crecimiento provoca, síntomas alérgicos como fiebre del heno, ojos llorosos, picazón o asma, es muy alto. Más del 30% de los adultos están sensibilizados en polen y tienen un alto riesgo de desarrollar una alergia. En niños, el 20% de 3 a 17 años están sensibilizados  al centeno y al Abedul; el 13% de los niños de 0 a 17 años tienen alergia al polen y el 6,3% padecen asma.

Causas de la alergia al polen

El polen a las gramíneas, olivo, arizónica, plátano de sombra, salsola y parietaria son los principales desencadenantes de la sensibilización y las alergias en España. Los llamados alérgenos son los responsables de esto, en realidad sustancias inofensivas que entran en contacto con las membranas mucosas respiratorias humanas a través del polen. En el caso de una persona alérgica, el polen indica falsamente "peligro" para el sistema inmunológico. El hecho de que una persona desarrolle una alergia al polen y el momento en el que lo haga depende de su predisposición genética y de varios factores ambientales.

Causas de la alergia al polen

Síntomas de la alergia al polen

El síntoma principal de la alergia al polen es la fiebre del heno alérgica estacional (rinitis alérgica). Pero eso no es todo. Además, pueden aparecer síntomas como conjuntivitis alérgica, asma bronquial, inflamación estacional o crónica de la mucosa nasal (rinitis) y alergias alimentarias asociadas al polen (las llamadas alergias cruzadas) y neurodermatitis (eccema atópico). Una alergia cruzada común es la que se produce entre el polen de abedul y las manzanas. También existe el riesgo del llamado “salto de nivel” de la enfermedad alérgica, en el que la fiebre del heno (enfermedad de las vías respiratorias superiores) se convierte con el tiempo en asma (enfermedad de las vias respiratorias inferiores).

Síntomas nasales

  • Resfriado alérgico (rinitis)
  • Estornudos y picor
  • Nariz tapada o que moquea
  • Problemas respiratorios como el asma
  • Inflamación estacional o crónica de la mucosa nasal y los senos paranasales

Síntomas en los ojos

  • Conjuntivitis alérgica
  • Ojos rojos
  • Picor en los ojos 

Síntomas pulmonares

  • asma alérgica
  • tos
  • dificultad para respirar
  • opresión en el pecho

Síntomas de la piel

  • Neurodermatitis (eccema atópico)
  • Picazón, sarpullido rojo
  • Hinchazon de la cara
  • Ronchas en el cuerpo debido a la alergia alimentaria asociada al polen

Síntomas del sistema nervioso y estado general

  • Dolores de cabeza
  • Trastornos del sueño
  • Dificultades de aprendizaje
  • Problemas emocionales (frustración, irritabilidad)

Síntomas bucales

(Para reacciones alérgicas cruzadas a los alimentos):

  • Hinchazón de la lengua
  • Hinchazón de los labios y el área de la laringe
  • Dificultad para respirar
  • Comezón en el paladar
  • Ardor de lengua

Síntomas circulatorios

  • Reacciones anafilácticas

Tratamiento de la alergia al polen

En el caso de la alergia al Polen, difícilmente se puede evitar el contacto con los alérgenos. Por ello, la atención preventiva solo es posible de forma limitada. Varios medicamentos, como antihistamínicos, aerosoles nasales que contienen cortisona o medicamentos antiinflamatorios, están disponibles para aliviar los síntomas existentes. Suprimen la reacción del cuerpo al alérgeno y, por lo tanto, reduce los síntomas típicos de la alergia al polen. Si quieres intentar superar la alergia, una hiposensibilización (inmunoterapia específica con alérgenos o vacuna para la alergia) es la única terapia contra la alergia que realmente llega a la raíz del problema y no solo combate los síntomas sino también la causa: al administrar la dosis cada vez más altas de alérgeno, se intenta desarrollar tolerancia al alérgeno. La inmunoterapia específica con alérgenos (también llamada vacuna para la alergia) suele llevarse a cabo durante tres años. La hiposensibilización juega un papel importante, especialmente en niños y adolescentes, debido a una mayor eficacia clínica cuando se inicia temprano y posibles efectos preventivos. Pero también hay buenas posibilidades de éxito en adultos: los estudios muestran que la vacuna para la alergia otorga una reducción de los síntomas alérgicos y una mayor calidad de vida.

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