Tipos de medicamentos para la alergia

Tipos de medicamentos para la alergia

Los antialérgicos o antihistamínicos son un pilar importante en el tratamiento de las alergias, además de la hiposensibilización y evitar los alérgenos

El uso de medicamentos antisintomáticos, más precisamente: medicamentos antialérgicos o antihistamínicos, es un pilar importante en el tratamiento de las alergias, además de la hiposensibilización (también llamada inmunoterapia con alérgenos, inmunoterapia hiposensibilizante o vacuna para la alergia) y evitar los alérgenos. 

Los antialérgicos debilitan la reacción del sistema inmunológico a los alérgenos y los síntomas alérgicos asociados, como secreción nasal, asma o picor. Alivian los síntomas con relativa rapidez y en la terapia a largo plazo pueden prevenir daños permanentes en los tejidos como resultado de procesos alérgicos en el cuerpo. Sin embargo, solo tienen un efecto a corto plazo mientras se toman, por lo que se diferencian fundamentalmente de la hiposensibilización (inmunoterapia con alérgenos), en que esta combate directamente la causa de la alergia.

¿Cuándo se usan los antialérgicos o antihistamínicos?

  • Cuando los síntomas de la alergia son agudos o crónicos.
  • Cuando evitar los alérgenos es difícil o imposible.
  • Hasta que se clarifica el diagnóstico de la alergia.
  • Ocasiones en las que la hiposensibilización se acompaña de fármacos antialérgicos.
  • Cuando la hiposensibilización no es posible.
  • Si ya se han producido reacciones alérgicas graves (anafilaxia).
¿Cuándo se usan los antialérgicos o antihistamínicos?

¿Qué fármacos antialérgicos existen?

Para frenar la reacción alérgica se utilizan fármacos que inhiben las reacciones inflamatorias y el efecto de las sustancias mensajeras implicadas en la alergia. El fármaco que se utilice depende de la parte del cuerpo en la que se encuentre la alergia y de la gravedad de los síntomas. Las preparaciones de antihistamínicos y cortisona, los llamados glucocorticoides, se usan con mayor frecuencia para el alivio de los síntomas a corto plazo.

Glucocorticoides:

Los glucocorticoides se consideran las preparaciones antiinflamatorias más eficaces. Sin embargo, el efecto de los glucocorticoides solo es evidente durante su uso. Los síntomas originales pueden regresar unas pocas semanas después de detenerse. 

Los glucocorticoides se utilizan principalmente en enfermedades alérgicas de las vías respiratorias, p.ej. en forma de aerosoles nasales para la rinitis alérgica. Por inhalación en personas con asma alérgica, favorecen la función pulmonar y reducen la hipersensibilidad bronquial. También se pueden aplicar sobre la piel en forma de ungüentos o cremas.

Antihistamínicos:

En el caso de las alergias se libera histamina, una sustancia mensajera endógena que favorece los procesos inflamatorios. Los antihistamínicos actúan como oponentes de la histamina: ocupan los receptores correspondientes en la membrana celular en su lugar y, por lo tanto, reducen su efecto. Los antihistamínicos se usan principalmente para la rinitis alérgica, la conjuntivitis alérgica y la urticaria, pero también pueden aliviar el picor asociado con la dermatitis. Los antihistamínicos se pueden administrar por vía tópica en forma de aerosoles nasales, gotas para los ojos o ungüentos, así como también en comprimidos. Sin embargo, tomar comprimidos antihistamínicos puede causar fatiga. 

(Busque consejo médico sobre los riesgos y efectos secundarios de los medicamentos antialérgicos).

 

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