Durante décadas, las alergias se han diagnosticado mediante pruebas cutáneas y determinación de IgE específica. Sin embargo, la investigación actual está abriendo el camino hacia una medicina de precisión basada en biomarcadores.
Estos indicadores biológicos —presentes en sangre, mucosas o tejidos— permiten entender mejor cómo reacciona el sistema inmunitario de cada persona frente a los alérgenos.
El uso de biomarcadores no solo mejora el diagnóstico, sino que también ayuda a predecir la respuesta al tratamiento, optimizando la eficacia de la inmunoterapia con alérgenos.
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Conclusión
Los biomarcadores representan una nueva era en el diagnóstico y tratamiento de las alergias.
Gracias a ellos, la medicina deja de ser genérica para convertirse en personalizada, predictiva y preventiva.
Identificar el perfil inmunológico de cada paciente permitirá ofrecer tratamientos más eficaces, seguros y adaptados a su biología individual.





